¿Cómo poner a dieta a mi pandita?

Te voy a compartir algunos trucos que me funcionaron y que de haberlos sabido mis padres, seguramente no hubiere sido necesario cambiar mi torta de huevo con chorizo, frijoles, mostaza y aguacate por… apio.

Repasemos un poco los consejos anteriores:
1. Motiva a tus hijos a hacer ejercicio como hábito
2. Sirve a tu hijo la cantidad adecuada de alimento acorde a su edad, sexo y estatura.
3. Aprende y enseña a tus hijos a comer acorde al plato de bien comer. 1/6 de Proteina animal, 1/6 de Leguminosas 1/3 Frutas y Verduras y 1/3 de Cereales y tubérculos
4. Si tu niño ya come como adulto, comienza a corregir este error dividiendo las porciones que le estas sirviendo a tu hijo
5. Enséñale a comer frutas y verduras… en agua las primeras y en sopas, cremas o sufle las segundas.

Ahora sí… ¿Cómo ponemos a dieta a nuestro hijo? la primer recomendación si el niño aun no puede protestar, simplemente, agregar poco a poco los grupos de alimentos que omitiste y disminuye aquellos en los que te haz excedido.

Si el niño ya dialoga, protesta y hasta se enberrincha por que le queremos dar zanahorias baby en lugar de cheetos, el truco, es incorporar de apoco las alternativas saludables, disminuyendo simultáneamente las no saludables. NO cambies drásticamente su dieta, ten a la mano botanas saludables (jicama, zanahoria, apio, calabazas, manzanas, kiwi, etc.) y «olvida» comprar las frituras habituales. Esto puede en cualquier momento generar un rechazo, pero ahí es donde demostraremos que el amor y la salud de nuestro hijo nos da el temple para tomar una posición firme. NO cedas, no te retractes, y sobre todo, explica las ventajas que tendrá a futuro en su salud.

Si tu hijo ya es un preadolescente, tendrás primero que estudiar juntos cuál es la mejor estrategia para mejorar su alimentación y hábitos de ejercicio. Llega a acuerdos y CUMPLANLOS por igual. Muy probablemente encuentres en la fuerza de voluntad de tus hijos la que te ha hecho falta para hacer las correcciones en tu propios hábitos.

Recuerda que las palabras enseñan, pero el ejemplo arrastra. El cambio debe comenzar por uno mismo.

Como siempre, te recomendamos acudir a un especialista y compartir esta información.

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