Mi hijo llora y hace berrinche cuando le pido que coma menos…
A nadie le gusta que le cambien los planes, le cambien la rutina o incluso… es bastante molesto que no te cumplan lo prometido. Y los niños sin maestros en «EXIGIR» lo suyo. Pero… ¿y si «lo suyo» les está haciendo daño? ¿Si su salud corre riesgo inmediato o a futuro por seguir comiendo en exceso?
Repetiré parcialmente lo dicho sobre niños que aun no hablan: ellos son nuestra responsabilidad! ellos aún no razonan los beneficios o daño que vendrán a futuro! Nosotros DEBEMOS tomar la decisión sobre qué deben comer, a qué hora deben tener sus alimentos y cuál es la cantidad adecuada.
Para niños pequeños que ya hablan, la situación deberá ir encaminada un poco más al enseñarles lo bueno y lo malo de algunos alimentos. Personalmente me gusta usar el ejemplo de Popeye (espero que aún exista).
Si los panditas son adolescentes, pues señores, creían que los tratados de paz y guerra son complicados. Hagan su mejor esfuerzo para enseñarles, guiarles y hacerles entender que los hábitos saludables de alimentación, ejercicio y socialización son indispensables para una vida equilibrada.
En algunos casos, será necesario que se reciba ayuda exterior (los psicólogos son el sustituto moderno de los consejos de la abuela) ya que en TODOS los casos, mientras que los niños vivan con los padres, el amor (procurar la salud y bienestar equilibrada) debe imponerse sobre la comodidad (no enfrentar los problemas).
Recuerda que las palabras enseñan, pero el ejemplo arrastra. El cambio debe comenzar por uno mismo!
Como siempre, te recomendamos acudir a un especialista y compartir esta información.
