A mayor masa muscular, mayor control sobre nuestro peso. A menor masa muscular, menor control de nuestro peso… tal como ya lo analizamos en el post anterior.
Pero… ¿por qué?
Veamos el diagrama «original» de una persona con masa muscular «promedio», esas personas de «de complexión media».
Balanza en equilibrio de un cuerpo «saludable», «normal», de complexión media
Ahora echemos un vistazo rápido a la balanza de una persona con poca masa muscular esos famosos y erróneamente llamados «gordos de metabolismo lento»
Ambas balanzas están en equilibrio, pero refleja a dos personas con cuerpos diferentes. Una persona de complexión «normal» o saludable, y una persona que tiende muy fácilmente a engordar.
OJO, que la persona sea propensa a subir de peso, no necesariamente es obesa. Pero todos conocemos a alguien que con a penas un par de semanas logran una transformación poco favorable. Y para rematar, tardan mucho en volver a su peso «normal».
En este post, vamos a ir al lado contrario, vamos a revisar el caso de los «flacos pata hueca«, esos amigos que casi siempre les escuchamos decir:
- ¡Te juro que no hago ejercicio y trago como náufrago!
- ¡De verdad que no me cuido, deben ser mis genes!
- ¡Así es toda mi familia, flaca y correosa!
- ¡Intento de todo y no subo un gramo!
Cuando esto lo escuchamos los que sufrimos por controlar nuestro peso nos parece totalmente irreal, fantasioso, milagroso incluso y más de una vez, seguro que nos hemos sentido ofendidos.
PERO, es real!!! Y si bien, los que estamos luchando contra la obesidad partimos desde el opuesto (punto que tratamos en el post anterior).
Mayor masa muscular o … desvelando el secreto de los Flacos Pata Hueca
¿Qué pasa con estas personas que aparentemente incluso SUFREN para subir de peso?
La verdad es más que simple si ponemos atención a su diagrama de peso en equilibrio:
La masa muscular en estos individuos es dominante, tienen más músculo (aun cuando no se vean musculosos), seguramente tienes ese amigo o amiga que es en extremo delgado, pero que siempre anda como ardilla. Se mueve para todos lados, camina para todos lados y cuando va a la playa…
El cuerpo es menudo, casi de adolescente, ellas casi siempre con pocas curvas, pero de piernas marcadas. Ellos sin tener mucha musculatura, es claro que están marcados (aun sin que hagan ejercicio en gimnasio).
Y… qué pasa cuando ellos quieren modificar su peso? Supongamos que aumentan su actividad física pues consiguieron un trabajo que les permite caminar 15 minutos diarios más. Dado que el ejercicio está apoyado en el extremo más largo de la balanza, la respuesta es básicamente inmediata, bajan de peso.
Y, ¿qué pasa con estas mismas personas cuando por cualquier razón disminuyen sus alimentos? una enfermedad, un viaje. La balanza es menos sensible del lado de los alimentos, pero su cuerpo dado el porcentaje de músculo requiere de un mayor aporte calórico, el resultado es nuevamente una disminución en su peso.
Dada su mayor cantidad de masa muscular, estas personas NECESITAN comer más para poder mantener su peso. Cualquier disminución en su ingesta, de inmediato les hace bajar de peso. Y, son muy sensibles a ello, les duele la cabeza, están de mal humor, etc. Idéntico a las personas que padecen obesidad e inician una dieta.
PERO, ¿y si su deseo es aumentar de peso?
Llegamos al mundo del revés de los flacos pata hueca, para ellos subir de peso es un gran problema pues ya comen mucho y su nivel de actividad diaria en general es alta.
La recomendación es casi la misma que para las personas con obesidad, hacer ejercicio y cambiar la dieta.
Si eres de estas personas, te invitamos a poner atención al siguiente post.
Mi experiencia
«A partir de los 40 ya nada es igual», y en realidad en lo referente a controlar nuestro peso, a partir de los 20 ya nada es igual, pues una vez que terminamos nuestro desarrollo, debemos tomar las riendas que dejaron libres las hormonas del crecimiento.
Cada quien debe entender que somos los únicos responsables de cuidarnos para DISFRUTAR una vejez saludable o SUFRIR una vejez con enfermedades.
Siempre es mejor que el hábito del ejercicio nos sea inculcado desde niños, pero si ya no estamos en edad de ser guiados (mandados u ordenados) por nuestros padres, debemos tomar el control y la responsabilidad sobre la salud física de nuestro cuerpo.
