El fin de semana platicando con unos amigos discutíamos (pues francamente fue subiendo de tono) sobre los beneficios pocos o nulos de hacer poco ejercicio, incluso tan solo unos minutos por día o semana.
Mi amigo, aficionado al deporte desde joven y cliente frecuente de cualquier gimnasio (al menos 3 veces por semana), obviamente se mantiene saludable, con aspecto ágil y juvenil a sus 47 años.
Me decía decía sobre la inutilidad de hacer menos de 30 minutos diarios de ejercicio, o de no llevar tu ritmo cardíaco a «la zona naranja», y un muy largo etcetera que refleja toda las nuevas tendencias de las personas que si hacen ejercicio con regularidad e incluso que están en entrenamiento como atletas.
Mi argumento fue simple, invitándolo a razonar. Crees que para una persona con sobrepeso, con malos hábitos alimenticios, que solo «se pasa» por el gimnasio como mero accidente al extraviarse, habrá una mayor quema de calorías sentado viendo la tele o haciendo cinco minutos de caminata. «Obviamente, pero… »
lo detuve antes de comenzar nuevamente, y en lo posible lo ubiqué,
¿tu crees que esa persona va a ser capaz de hacer 30 minutos de «cardio»?
«Claro que no, pero, de algún modo debe comenzar!»
EXACTO!!! le dije, y no puede comenzar con 30 minutos de «cardio», pero SÍ puede comenzar con cinco minutos de caminata, luego diez, luego treinta, y finalmente, comenzará con 5 minutos de «cardio» con 20 de caminata.
Baby steps, dicen algunos. Y si es el caso de tu pandita, igualmente, hay que llevarlo poco a poco, con constancia, sin dejar que un día, un fin de semana o una semana completa sin ejercicio vuelva a ser la constante! Si dejas el ejercicio (poco o mucho que hagas) vuelve a comenzar! SIEMPRE estarás haciendo más que lo que hacías al comenzar… NADA! Y poco es MUCHO mas que nada!!
Recuerda que las palabras enseñan, pero el ejemplo arrastra. El cambio debe comenzar por uno mismo! cuidemos a nuestro #pandita
Como siempre, te recomendamos acudir a un especialista y compartir esta información.