La obesidad como adicción

Para muchos la idea de que la obesidad es una adicción no les hace sentido. A fin de cuentas, en este momento, la mayoría de los mexicanos tienen un grado de sobrepeso u obesidad y no se comportan como los adictos al alcohol, mariguana etc.

Pero, ¿qué pasa con aquellas personas que sí?

obesidad como adicción

¿Cómo detectar cuando la obesidad ha desarrollado una adicción?

La mayoría de nosotros comemos cuando tenemos hambre, bebemos cuando tenemos sed, pero rara vez dejamos de atender otras actividades para seguir comiendo o bebiendo.

Una persona con alcoholismo, dejará de atender el trabajo, sus relaciones y será entonces obvio que ha generado una adicción.

Bueno, pues lo mismo pasa con la obesidad como adicción. Son esas personas que aun cuando tienen trabajo pendiente, tienen al lado «algo que picar».

Tienen que preparar a sus hijos para la escuela y tienen en la mano un bocadillo, o un gran vaso de refresco o helado.

Desafortunadamente, como todos los adictos, ellos son los últimos en aceptar la adicción.

Aun en la oficina comes todo el tiempo.

¿Cómo ayudar a controlar la adicción por obesidad?

Primeramente, si usted NO es la persona afectada, debe estar consiente que aun cuando esté procurando el bien para su amig@, será muy complicado que esta persona acepte su problema.

Algunas recomendaciones «paralelas», son las que se emplean para los afectados por el alcoholismo:

  • Exprese sus sentimientos sobre el consumo excesivo de comida de su ser querido. Intente usar enunciados en los que hable de usted. Esto mantiene el enfoque en la manera en la que el modo de comer de su amig@ lo afecta a usted.
  • Intente apegarse a los hechos sobre el consumo excesivo de alimentos de su ser querido, y comportamientos específicos que le preocupen.
  • Explique que está preocupado por la salud de su ser querido.
  • Intente no usar etiquetas como «gordo» cuando hablen sobre el problema.
  • No sermonee ni dé lecciones.
  • No intente usar la culpa ni sobornar a la persona para que deje de comer.
  • No amenace ni suplique.
  • No espere que su ser querido mejore sin ayuda.
  • Ofrezca acompañar a la persona a ver a un médico o a un consejero especializado en adicciones.
  • Recuerde, no puede forzar a su ser querido para que busque ayuda, pero puede ofrecer su apoyo.

¿Y si el afectado es un niño?

Ya hablamos suficiente sobre la obesidad y sus consecuencias en los niños en muchos post previos.

Y la reflexión es la misma: Los menores de edad NO pueden tomar todas las decisiones sobre sus alimentos. ¡Es como pedirle al mesero que sea él quien decida la propina que quiere que le demos!

Es nuestra responsabilidad como adultos la correcta alimentación de nuestros hijos HOY!! No mañana, No en 40 años, HOY!!

Deja una respuesta