Uno de cada diez bebés tiene sobrepeso!

Acorde con la Academia Americana de Pediatría, uno de cada diez niños menores de dos años sufre de sobrepeso (son #panditas). PERO, al llegar a la edad preescolar esta cantidad ya se duplicó.

Esto quiere decir que uno de cada cinco niños que ingresan a la escuela, ya sufren de sobrepeso. Y las cosas se complican según la academia, pues si estos niños llegan a la edad de seis años con sobre peso, pues tienen un 50% de probabilidades de ser adultos obesos, ¡sin importar si los padres son o no obesos!

Entonces…

¿Qué medidas tomar?

La misma academia recomienda entre otras medidas que:

  • Alimentar con leche materna
  • Alimentar adecuadamente con el biberon
  • Introducir alimentos complementarios
  • Fomentar la auto alimentación
  • Dar la cantidad y calidad adecuada de alimentos
  • Comer en familia
  • Enseñar a entender y diferenciar el hambre, la saciedad y
  • Evitar la restricción de alimentos,
  • No usar alimentos como recompensa
  • Evitar el control (y fomentar más el auto control) de la alimentación

Igualmente recomienda hacer algunas cosas en familia:

  • Realizar actividad física juntos
  • Revisar los hábitos de uso de la TV
  • Comer fuera
  • Tener buenos hábitos de sueño
  • Dar el ejemplo

Todos los miembros de la familia somos parte de la solución!

Revisa en tu refrigerador y alacena, y busca si tienes:

  • Comida congelada
  • Comida para microondas
  • Jugos
  • Bebidas azucaradas
  • Bebidas alcoholicas (nuestros hijos aprenden con el ejemplo)

Si encontraste más de tres de los productos de la lista anterior, entonces tienes en casa una primer área de oportunidad. DESHAZTE de ellas!!

Busca alternativas saludables, prepara comida en casa, sal a caminar con tus hijos, disfruta de tiempo de calidad y actividad!

Como siempre, estamos pendientes de sus comentarios!

Mi experiencia:

Como ya he dicho, mi obesidad viene desde los dos años, y lo que fue la constante es que fui un niño consentido, no había modo de controlar qué comía y mucho menos la cantidad. Así que tan pronto como pude alcanzar a abrir el refrigerador, yo era el que decidía qué comer y cuando.

Las cenas, como buen niño que desea imitar a los adultos eran… de adulto. Y sumemos que mi padre acostumbraba llegar a cenar luego de un largo día donde a veces no había comido. Por lo que su «cena» en realidad era una comida completa de tres tiempos. 

Y adivinen ¿quién lo imitaba?

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