¿Bebidas saludables para mi niño en preescolar?

Bebidas Saludables

Acorde con la Asociación Americana de Pediatras, el encontrar opciones para los niños entre 3 y 5 años, y evitar las bebidas gaseosas o los jugos con alto contenido de azúcar y/o carbohidratos como las bebidas energéticas es algo a lo que debemos dedicarle tiempo, pues no siempre vamos a poder estar a su lado para que ellos hagan una buena elección.

Primero, NOSOTROS como padres vamos a elegir siempre agua o leche entera antes que jugos, y siempre vamos a elegir jugos naturales antes que jugos industrializados, si no hay más remedio, seleccionaremos jugos industrializados que indiquen que son 100% jugo natural.

¿Refresco?

Aun cuando el jugo sea una buena buena opción con respecto a un refresco, también debemos preferir que nuestro niño consuma fruta natural más que el agua de la misma fruta (así evitaremos que sea remilgoso a la hora de comer esta o cualquier otra fruta). En penúltimo lugar pondremos las bebidas energéticas y en último lugar, el refresco (soda, cola, etc.). Bajo NINGUNA circunstancia daremos a nuestros hijos bebidas gaseosas etiquetadas como light y/o endulzadas con aspartame.

¿Leche?

Si nuestro hijo presenta una ligera inclinación al sobrepeso u obesidad, podremos cambiar la leche entera por leche baja en grasa pero siempre será mejor la leche entera a un jugo de fruta industrializado.

A la edad preescolar, los niños requieren de unas tres raciones de leche (media taza) que preferentemente deberán ingerir a la hora de sus alimentos. El agua es una mejor opción para acompañar las colaciones, y evitaremos siempre las bebidas energéticas pues contienen carbohidratos que son calculados para un adulto que realiza una actividad física vigorosa.

Y tú, ¿tomas agua natural (simple) frente a tus hijos?

Mi experiencia:

Admito que no soy fan de las bebidas dulces… ni de niño, ni de adulto, PERO la leche, era día, tarde y noche! Y no sola, pues me encantaba (y a la fecha) prepararme café con leche. 

Y qué sería del café con leche sin pan, así que en cada alimento, tres veces al día, era una dosis de proteina, grasa, carbohidratos que superaba por mucho mis requerimientos de niño. 

Aun hoy, si siguiera con ese hábito, seguramente tendría ya una o dos tallas más.

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